El Gobierno de Navarra y el PSN, esto es, UPSN (dos partidos, dos sindicatos y un solo Movimiento) han acordado, en su simulacro permanente de acción gubernamental, la puesta en marcha de un plan de choque para fomentar el sector de la vivienda y de la construcción.
Estamos en una durísima crisis ocasionada, en gran medida, porque en los últimos quince o veinte años se ha fiado cualquier posibilidad de crecimiento a la construcción, sector que alcanzó una elevada, injustificada y peligrosa participación en el PIB y el empleo de Navarra. La política de vivienda que ha posibilitado esa situación sólo ha dado lugar a un enriquecimiento desmedido de unos pocos promotores (ni siquiera constructores), que se han lucrado a costa del sector público y de las rentas de una población a la que se ha empobrecido con el señuelo del acceso a la vivienda en propiedad.
Pues bien, lejos de tomar nota y actuar para corregir esos desequilibrios, se persevera en lo que los ha causado. ¿Es porque no hay capacidad para discurrir alternativas? ¿Porque no hay posibilidad? ¿Porque el sector público está cautivo de intereses privados y los prebostes de UPSN están cogidos por donde más duele? Objetivamente, las medidas que está tomando el Gobierno de Navarra en relación con la vivienda conducen a frenar la caída de su precio. ¿A quién beneficia eso?
¿No hemos aprendido nada?
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