martes, 3 de febrero de 2009

La cruz de la crucecita y el descaro de Sanz

Artículo 14 C.E.: «Los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social».

Artículo 16.2 C.E.: «Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias».

Artículo 31.1 C.E.: «Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio».

Hay razones para sostener que la forma en que se ha establecido la financiación de la Iglesia católica viola principios constitucionales. Para empezar, el recogido en el artículo 16.2. Pero también el del artículo 31.1, que recoge las características del sistema tributario, en relación con la igualdad proclamada en el artículo 14. Eso significa que el sistema tributario debe atenerse, entre otros, al principio de equidad horizontal, que significa que personas en la misma situación han de ser gravadas de la misma manera.

Pues bien, resulta que los católicos pagan menos impuestos que los demás, exactamente en la cuantía de la crucecita (esa gran cruz del sistema constitucional español). Por si el agravio no era suficientemente evidente, el lehendakari Sanz se ha apresurado a hurgar en la herida, con unas declaraciones muy poco respetuosas hacia quienes marcan la casilla de fines sociales. Si la casilla no compromete a nada, si es «inexacto, inadecuado, improcedente y falso» decir que la Hacienda Foral está engañando a los contribuyentes, ¿para qué ponen la casilla de marras? La respuesta es clara: para dar a la Iglesia católica dinero de todos. Para Sanz todos somos Gobierno cuando se trata de escamotear recursos a personas y colectivos sociales. Si de lo que se trata es de repartirse el cortijo (canongías, prebendas y empresas públicas incluidas), entonces sólo somos «los dos partidos, los dos sindicatos y un sólo Movimiento»...

P.D. Hace años que no marco ninguna casilla, porque todo el sistema me parece un enorme fraude, ahora demostrado.

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