Entre las secciones de la revista El Jueves, una de las que más aprecio se llama «El gilipollas de la semana». Por supuesto, esto no tiene nada que ver con que vaya a hablar de Patxi Lapurtua, conocido en el siglo como Francisco Mangado (aunque escribirlo así destrozaría mi composición).
Al parecer, la rotulación bilingüe del Baluarte (habrá que escribir Valuarte para que no haya duda de la reciedumbre castellana de la palabra) «destrozaría la composición». Creo recordar que cuando, al excavar los cimientos de la susodicha «composición», se encontraron los restos de la muralla también se manifestó a favor de eliminarla para que no estropeara la tan mentada «composición». ¡Vaya con las «composiciones» de Lapurtua!
Debe de ser fácil confundir el humanismo y la cultura con las boutades o incluso con los procesos diarreicos neuronales. Habría que recordarle a este petimetre endiosado que la lengua —cualquiera de ellas— es la creación humana por excelencia, la que distingue al ser humano y le da capacidad para ser lo que es, incluso para ser lo que es el señor Lapurtua. El pensamiento o tiene forma lingüística o no es pensamiento. En la escala de las creaciones humanas, las «composiciones» del señor Lapurtua están muy por debajo de cualquier lengua. Así que si el euskera estropea su «composición», peor para la «composición». Que la quiten. Baluarte apurtu.
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