sábado, 19 de abril de 2008

Las malas hierbas

Éste es el aspecto que presentan los maceteros encaramados a las farolas de la plaza del Castillo. A rebosar de malas hierbas. Lo de estos maceteros es llamativo. Supongo que a causa de esa alergia de la administración bar-cínica a todo lo que sea acercarse al pueblo-plebe-chusma están colocados a una altura considerable que hace que sólo se vea un feo y vulgar culo de plástico (eso sí, verde Pamplona) del que, en las mejores épocas, asoman hojitas de colores. Pero ya ni eso. Sea porque Barcina pretende la vuelta de la ciudad a la Naturaleza; sea porque con la de El Corte Inglés ya no necesitamos otra primavera; sea, en fin, por algún tipo de oscura —e inexplicable— afinidad, el caso es que en los susodichos maceteros los hierbajos campan a sus anchas. Aunque lo que de verdad me intriga es lo del vaso. ¿Algún sistema de avituallamiento para los jardineros municipales? ¿Un guiño de la munificente Yolanda a los gentiles pajarillos que pueblan nuestros cielos, pretendiendo quizá remedar al marinero del romance (las aves que van volando / al mástil vienen posar)? ¿Algún ensayo de ecosistema barciniano: malas hierbas, agüita amarilla...? Ya estamos habituados a los despropósitos decorativos de Barcina, pero un poco de mantenimiento, leche...

1 comentario:

Anónimo dijo...

O por menos "hierba", aunque sea para hacer experimentos, o como tratamiento paliativo de la barcinosis crónica