- Por pasar a usar bombillas de bajo consumo (y por tardar más en encender las lámparas), es que esa casa (palacio) es una pura tea.
- Por usar los limones de los limoneros del jardín para zumos, que tienen un peazo de jardín y que beben como cosacos.
- Por comprar el pienso para los perros al por mayor, que esos perros comen mucho mejor y bastante más caro que cualquier persona (y eso que los que enseñan en público son canijos; a lo mejor tienen una jauría escondida).
domingo, 30 de agosto de 2009
Dame argo (ay, la borbónica sencillez)
Si la monarquía ya es, de por si, un insulto a la inteligencia, las tan aireadas medidas de ahorro y austeridad que la Casa Real (es un decir) española ha puesto en práctica en sus vacaciones (de verano, que en este caso no es ocioso puntualizar: las hay de todas las estaciones y de cada día del año) lo agravan hasta la idiotización completa del ciudadano medio. Y si el ahorro es cuantioso (dejemos aparte la reducción del uso del Fortuna y el de los barcos de guerra que patrullan las aguas malloquinas, de los ejércitos de funcionarios y policías, del aparato del Estado al servicio del ocio de una familia):
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