La acostumbrada visita del ángel de Aralar a Pamplona, incluyendo las incomprensibles (e incoherentes con las propias decisiones del Parlamento) visitas institucionales, suele ir acompañada de aseveraciones repetidas hasta la saciedad (vox pópuli, no hay pronunciamientos oficiales) sobre las virtudes angelicales para atraer la lluvia. Se admite que cuando viene el ángel de marras llueve. Es el viejo dilema de las relaciones causa-efecto: ¿llueve porque viene el ángel, viene el ángel porque llueve o son, en realidad, sucesos independientes?
Conviene aclarar que la imagen llega a Pamplona el lunes de la segunda semana de Pascua, que cae normalmente en abril. Para intentar desentrañar las virtudes taumatúrgicas de la efigie, el cuadro recoge, desde el año 2000, el número de días lluviosos en Pamplona en abril y el número máximo de días seguidos sin lluvia.
Obsérvese que el número de días lluviosos oscila entre la tercera y las dos terceras partes de los días de abril. Pero lo que resulta más llamativo es que sólo en dos ocasiones (2001 y 2002) el número máximo de días seguidos sin lluvia ha sido superior a seis, que viene a ser la duración de la estancia en Pamplona del ángel. Es decir, que es prácticamente imposible que no llueva durante dicha estancia.
Ya sé que la conclusión está al alcance de cualquier persona con un mínimo de perspicacia. Sólo me limito a apuntar que los datos corroboran ese juicio. Vamos, que la cosa tendría mérito si viniera en agosto, pero en abril...
lunes, 12 de abril de 2010
sábado, 10 de abril de 2010
Lehendakari Sanz: sin el txiringito foral, Navarra sería distinta
Existe el riesgo de convertir este blog en un rosario de citas de Sanz, pero es que el lehendakari no tiene desperdicio. Además, y él sabrá por qué, últimamente está particularmente nervioso y susceptible a las críticas que recibe por parte de la oposición. Y cuando digo oposición, obviamente, no me estoy refiriendo a la pata extragubernamental del régimen, sino a Nafarroa Bai.
Hablando sobre el acuerdo de financiación del TAV, dijo que
...Navarra no sería lo que es si quienes se han opuesto a infraestructuras como la Autovía de Leitzaran, el pantano de Itoiz, el Canal de Navarra, el parking de la plaza del Castillo o la Autovía del Camino hubieran tenido éxito en sus planteamientos...
Ahí le has dao. Hay que ver la naturalidad con que es capaz de enumerar los mayores despropósitos que se han hecho en Navarra en los últimos años. En buena parte de ellos, con fundadas sospechas de pelotazos y, en cualquier caso, favoreciendo descaradamente intereses privados y facilitando el expolio de los recursos públicos (económicos, arqueológicos y culturales) de Navarra. Para otro momento queda un repaso un poco más detenido. Pero tiene razón, Navarra sería bien distinta.
Pero también cabe que, una vez más (es lo que tiene la incontinencia), le haya traicionado el subconsciente y cuando dice Navarra esté pensando en esa nebulosa de intereses que entremezcla seudoempresarios, familias, políticos, politiquillos, políticos convertidos en empresarios, cazadores de canonjías, vividores de toda laya y hasta generosos hosteleros expulsados de sus empresas y dispuestos a hacer el favor a la Banca Cívica de usar su financiación (todo tan transparente como claro). Nebulosa enquistada en el presupuesto público y que ha hecho de la pericia en ordeñar las ubres forales hasta la extenuación (de las ubres) su leitmotiv.
Y, claro, esa Navarra también sería bien distinta. Para empezar, porque la mayoría tendría que trabajar.
Hablando sobre el acuerdo de financiación del TAV, dijo que
...Navarra no sería lo que es si quienes se han opuesto a infraestructuras como la Autovía de Leitzaran, el pantano de Itoiz, el Canal de Navarra, el parking de la plaza del Castillo o la Autovía del Camino hubieran tenido éxito en sus planteamientos...
Ahí le has dao. Hay que ver la naturalidad con que es capaz de enumerar los mayores despropósitos que se han hecho en Navarra en los últimos años. En buena parte de ellos, con fundadas sospechas de pelotazos y, en cualquier caso, favoreciendo descaradamente intereses privados y facilitando el expolio de los recursos públicos (económicos, arqueológicos y culturales) de Navarra. Para otro momento queda un repaso un poco más detenido. Pero tiene razón, Navarra sería bien distinta.
Pero también cabe que, una vez más (es lo que tiene la incontinencia), le haya traicionado el subconsciente y cuando dice Navarra esté pensando en esa nebulosa de intereses que entremezcla seudoempresarios, familias, políticos, politiquillos, políticos convertidos en empresarios, cazadores de canonjías, vividores de toda laya y hasta generosos hosteleros expulsados de sus empresas y dispuestos a hacer el favor a la Banca Cívica de usar su financiación (todo tan transparente como claro). Nebulosa enquistada en el presupuesto público y que ha hecho de la pericia en ordeñar las ubres forales hasta la extenuación (de las ubres) su leitmotiv.
Y, claro, esa Navarra también sería bien distinta. Para empezar, porque la mayoría tendría que trabajar.
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