Temblad, que llega Barcina-Caronte

Ay, ¿quién maneja mi barca, quién, que a la deriva me lleva, quién?
Ay, ¿quién maneja mi barca, quién, que a la deriva me lleva, ¿quién?
Ay, ¿quién maneja mi barca, que a la deriva me lleva?
Ay, ¿quién maneja mi barca, que a la deriva, que allí me lleva?

P.S. Seguramente Barcina preferirá esta otra versión

Ay, who sails my boat, who? It drifts me away, who?
Ay, who sails my boat, who? It drifts me away, who?
Ay, who sails my boat It drifts me away?
Ay, who sails my boat, who? It drifts me, It takes me away.

P.P.S. Nos consta que Barcina adora la versión en euskera. Si no la ponemos, no es porque no sepamos, sino porque no disponemos de un tamaño de letra suficientemente pequeño.

El mapa del tiempo: una sugerencia para Basagoiti

Basagoiti va a estar muy ocupado en su papel de jefe de los tercios y comisario político encargado de administrar el nihil obstat de cuanto contenido se pretenda emitir desde EITB, a fin de preservar las esencias de las Españas en territorio de los díscolos vascos. Da pena pensar en la tarea que tiene por delante, ardua e ingrata donde las haya. Así que he decidido echarle una manita para resolverle al menos lo del mapa del tiempo. Como, haga lo que haga, le van a sacar pegas, yo le propongo este otro, práctico a más no poder. Todo sea por la causa...

Salvador, el zoco y la anormalidad política

Se ha vuelto a lucir el diputado de UPN Salvador al comentar los resultados de las votaciones que se han hecho estos días en el Congreso. Dice que el final del debate «más se parece a una mezcla de combate de boxeo y zoco marroquí». Seguro que tiene explicaciones muy apropiadas para justificar a posteriori el sentido de su afirmación. Hasta es posible que tenga previsto ir a vivir cuando se jubile a un zoco marroquí (es como quienes se apresuran a decir que tienen amigos gays o negros, justo antes o después de hacer una afirmación homófoba o racista). Pero, aun prescidiendo de la corrección política, el tufillo es inconfundible. Salvo, claro, que le guste mucho el boxeo y quisiera decir que estaba encantado con el debate. Pero es una hipótesis poco verosímil...

Hace un tiempo Salvador declaró que Navarra vive una situación de «anormalidad» política. Ya vamos entendiéndolo...

¡La que se nos viene encima!

Esta es la perspectiva que nos pinta Barcina para 2016. Por cierto, que el color que el subconsciente colectivo asigna al nacionalcatolicismo es el mismo que caracteriza el hacer de la alcaldesa.